Se me vienen a la cabeza iniciando la semana, montañas y torrentes de preocupaciones, que el rubro, que el concurso, que el POA, pero ninguna suele ser tan grande o importante cómo la preocupación por mi...
Por estos días he pensado en esa somnolienta posibilidad de dormirse y no levantarse sino después de unos años o siglos, cuantos de ustedes me acompañarían en ese trance?, por cuantas vidas distintas andaremos, rodeándonos, acariciándonos, amándonos de todas las formas distintas e iguales a la vez.
Por estos días también he pensado en las millas, las distancias necesarias y otras no para extrañarse u olvidarse, o los minutos y las horas suficientes para olvidarlo todo y dejarlo a la deriva, o el olvido sin dolor ese que viene y va sin percatarse.
Por estos días también he pensado en cuantas palabras que se cruzan por la cabeza en las presencias y en las ausencias, en el Sabines que se atreve a pedir una semana más para el amor, en el pasado, en el presente y el futuro...
Pero de tanto pensar, mejor olvido, no sea tan de buenas que alguna cosa de las que pienso, o especialmente una se concrete.
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