martes, 6 de julio de 2010

Nunca pensé un orgasmo pero esto si que lo es

De niña cruzaba una larga pradera llena de lodo y pasto tan alto que me llegaba hasta la altura de mis codos, cruzaba con mis zapatos ortopédicos brillantes cubiertos con bolsas de plástico para que no se arruinarán antes de llegar al colegio, con el paso del tiempo los zapatos ortopédicos cambiaron por zapatos de chicas normales y aunque me costaba más dolor, fue el precio que tuvo que pagar mi entrada a ser mujer, luego fui una mujer chica que nunca se fijaba si llevaba la misma en media en sus dos pies, o si le combinaba el pantalón con la camisa, o si la chaqueta era demasiado abrigada para el frío, hasta el momento solo los fantasmas de la heterosexualidad recorrían mis afectos, otra vuelta dio la tuerca y un día el estomago se me destrozo al ver una chica... siempre sentí que debía partir a otro lugar en dónde sabía siempre que yo era, que yo estaría, los años cruzaron haciendo cada vez más real esa frase Tempus Fugit... llegue al otro lado del Atlántico, espacio tan deseado, con la experiencia comiéndome la rodilla izquierda y desgastandola hasta hacerla casi inútil... allí conocí mi lugar, ese lugar que anduve buscando años y años y que se vistió de Mar, del Mar de mis Mares

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