He tenido poco tiempo y demasiadas angustias... (este blog cada vez es de lo más trágico, pero seguro, que soy feliz) para escribir.
Hoy releyendo, un poco de lo escrito, he visto como ese deseo profundo de conocer la nieve me llevo a hacerlo, no puedo expresar, todo lo que siento y sentí con esa vista, con ese color, con esa textura.
Sólo para recordarlo, la nieve se avisto premonitoriamente ante mis ojos hace unos meses cuando de camino a la Guajira, puede observar la sierra nevada de Santa Martha, de ahí en adelante se fueron configurando los caminos hasta cuando por segunda vez, desde un avión observe la nieve, toda rodeando las Malvinas Argentinas... fue impresionante, pero nada de eso es comparado, con tocarla o verla rodeada y pisada por 85 perros lobos...
Y más aún, el deseo resulto ser tan profundo, que después de ver las montañas todas blancas, el agua de los ríos congelada, se me dio la oportunidad de sentirla caer sobre mi, justo en frente de uno de los Glaciales mas hermosos del mundo el ushala...
Pues sí, conocí la nieve, y quede con ganas de más
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