Amanecí con un nudo, no en la garganta, no en la cabeza, no en los sentimientos...
Amanecí con un nudo en todo mi cuerpo, que me llenaba de cabeza a pies, ese nudo entremezcla de manos, muñecas, brazos, antebrazos, piernas, tronco y demás, calentó la fría noche bogotana (que como lo había dicho, aún sigue en invierno)
Escribo porque quiero contar la resignificación de la palabra "NUDO", pues mi primer gozo en este amanecer fue desenredarme del nudo que formamos anoche al dormir juntas.
miércoles, 23 de julio de 2008
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