domingo, 21 de marzo de 2010

Abstract de una vida

Nací, bueno mi madre me tuvo su parto, (he tenido tantas muertes y nuevos nacimientos que ya casi ni los recuerdo) hace poco más o menos de 28 años, - aunque no exactamente, siempre olvido la hora y con esto de estar en otra zona horaria, ya me pierdo un poco – en la Clinica Bogotá, como su nombre lo indica ubicada en la Capital de ese incomprensible País Llamado Colombia.

Dí aunque no lo recuerdo con exactitud, pero los análisis me llevan a esto, mis primeros pasos, sobre un piso de color rojo, tinturado con un material que servía para darle este color al “asfalto” muy seguramente en medio de una cama doble, una sencilla y un camarote en dónde éramos felices alrededor de 9 personas.

Mis primeras patadas y palmazos a los balones, fueron precisamente allí, en ese barrio que amo profundamente y recuerdo con todo el corazón y el que me da una de las señales de mi identidad más potente, Nerudense¡¡¡¡, un barrio que se construyo de la mano de muchas y muchos obreros y que orgullosamente fue “dirigido” por mi abuelo, quien nunca lo hubiera logrado si tras de él no hubiesen existiesen un grupo de mujeres luchadoras, berracas, echadas pa delante, como mi abuela, mi madre y mis tías.

Me eduque allí, en las calles polvorientas, sin asfalto, recogiendo cosinol una vez a la semana y escuchando muchos discurso que ya evidenciaban mi camino a seguir, la lucha de las clases, la lucha obrera… también me eduque en la ciudad, esa que me vio nacer, la que se encuentra a 2600 metros más cerca de las estrellas y la cual me dio la posibilidad de conocer, calles con pavimento, transporte urbano “fluido” y la vida de la gran ciudad, comprender la existencia de los hombres y mujeres grises, que en mi lugar no existian…

Entre este paso transfronterizo cotidiano, configure lo necesario para salir adelante, para no perder la útopia socialista y para entender, que en las ciudades están las oficinas que maquinan, maquinaron y maquinaran, nuestra renuncia, nuestra perdida… por supuesto las y los hombres grises dormirán por esa, esta y anteriores épocas en cuartos propios, en edificios, en chalet o en casas de campo.

Así crecí, con una cosa clara, la importancia de soñar, de hacer cosas para transformar el mundo, de lo que aprendí mejor de la filosofía de la teología de la liberación y de esa frase que era como un mantra, cambiar yo para cambiar el mundo.

Cambie¡¡¡¡ 28 años que me han impulsado a cambiarme constantemente y a cambiar el mundo, a trabajar desde dónde puedo, y hacía dónde creo que tendremos algo diferente, equitativo, diverso, y garante para nosotras y nosotros…


Son muchos pasos los que recorrí, por ahora quiero celebrarme mi posibilidad de seguir siendo Nerudense de amar profundamente mis raíces, de no olvidarme nunca de ellas, y de haber aprendido en este tiempo 2 cosas fundamentales, SOÑAR y DESEAR AQUELLO QUE REALMENTE QUIERO…

Salud con Aguaepanela, peto de los domingos en la noche, luego con vino, moscatel de pasas, cerveza, whisky, ginebras, perros rabiosos, en fin, que tengo mucho que celebrar, mis sueños y deseos me han dado la posibilidad de seguir adelante, de seguir luchando, de seguir trabajando desde lo cotidiano por eso que quiero para todas, todxs, todos… otro mundo posible.

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